Reproduzco aquí una nota escrita en Facebook el 11 de noviembre de 2014. Me temo que será vigente durante mucho tiempo. Hacen falta muchas llamadas al diálogo y la cordura.
«Hay una épica del combate, de la amenaza, de la imagen onírica de los tanques por la Diagonal, de la desobediencia civil y la recreación de una noche en el cuartelillo defendiendo los ideales. Pero también hay una épica del diálogo, de la inteligencia, de las partidas de ajedrez con Saladino, de la responsabilidad y la astucia puesta al servicio del bien común.
El tablero dirime a partir de ahora una cuestión que no es de creencias ni ideologías, sino de actitudes, donde prima una manera, un estilo, un tarannà que ponga en juego maneras diferentes de acercarse a la verdad.
Así como las órdenes de caballería se calcaron de los ribat musulmanes, así se construyen y retroalimentan las retóricas beligerantes. Pero aquí abajo, abajo, cerca de las raíces, sigue estando la gente. En uno y otro bando hay buenos políticos, que operan bajo el mismo signo, inculcados de la misma responsabilidad y sentido de la historia. He conocido a algunos de ellos. Bueno será que se encuentren, una noche serena y sin luna, degustando un vaso de vino y empiecen la conversación con un “querido enemigo:” La épica del acuerdo hace sonar su cuerno. Es hora del desembarco de esos portadores de valores de un lado y otro, de predicar alguna manera de avanzar. Que apunten lejos, alto y a dar. Les hará falta obstinación, valor y audacia… Quizá más testosterona que la necesaria para exhibir bravuconadas.
El año 2000 aplaudí hasta que me dolieron las manos cuando Gemma Nierga dijo aquello de “Ustedes que pueden ¡Dialoguen, por favor!”. Así que ustedes que pueden, mientras puedan, dialoguen, porque el plazo que les otorga la ciudadanía es corto. No hay botín en esta empresa que justifique la muerte de la política, de la intuición, de la generosidad. El programa de búsqueda de vida inteligente en la política se ha puesto en marcha. Esperamos una señal. ¿Hay alguien ahí?»