Nadie nos va a engañar, que no se lo crean ni por un momento. Aquí, quien más y quien menos hace ya tiempo que se afeita. Sabemos que es mucho más lo que nos une como socialistas que lo que nos puede separar cualquier cuita. Es cierto que el PSOE vive uno de sus momentos más vergonzantes de las últimas décadas, y no se puede decir que la dirección actual no tenga sus propias responsabilidades, así como aquellos que han torpedeado su acción, máxime cuando respondía nítidamente al mandato del Comité Federal. No quisiera resultar hipócritamente equidistante. Aclaro que considero una desvergüenza la dimisión en bloque la mitad de la ejecutiva federal, sobretodo porque está motivada por el miedo. Un miedo doble.
El miedo a perder unas primarias. Si bien el electorado socialista podría ser más comprensivo de lo que pensamos con respecto a una posible abstención que facilitara la gobernabilidad del país, la militancia es bastante hegemónica en un posicionamiento totalmente contrario a tal posibilidad. Y no será porque nos lo pongan fácil los medios, que día sí, día también, dicen de lo mal que estamos y lo irresponsables que somos. El caso es que aquí todos, propios y extraños, nos hemos olido que la audacia de Pedro Sánchez podría tener premio. Si llega a convocar unas primarias es muy probable que gane, y no por poco…
El miedo a un gobierno alternativo. Aquí no juegan –sólo- fuerzas internas. Maniobran todo tipo de intereses. Hay unas esferas del poder en las que chirría la posibilidad de un gobierno de izquierdas, sustentado en los votos de Podemos, aunque contara con una –más que difícil- abstención de Ciudadanos. Sólo una parte, es cierto, de lo que llamamos “poderes fácticos”, pero una parte que ha resultado notablemente activa, y que cuenta con voceros interesantes entre medios de comunicación y notables quintocolumnistas del PSOE. Se frotan las patitas los que hace tiempo que tienen en agenda finiquitar el partido.
Todo esto se adereza con retóricas diversas. Que si no se puede pactar con los que cuestionan la unidad de España, que si los mercados no aceptarían de buen grado la configuración de un gobierno alternativo, que si todo responde al interés de Pedro Sánchez por salvar sus posaderas… En fin, un cúmulo de cortinas de humo que han preparado la retórica golpista hasta que han ejecutado la “orden 66”. Muy significativo que los que se han alzado contra un secretario general que tiene como pecado querer que la militancia hable, utilizan un hashtag curioso #PorUnPSOELibre. Manda narices. En fin, que a “Bronce” sólo le queda batirse el cobre el sábado, si es que llega, y medir sus fuerzas. En el resto, qué decir, pues que sigue faltando finezza y sobra gazpacho y navajeo.