Pedro, la épica y el tiempo de los diques rotos

If it keeps on raining, levee’s going to break

Como nos recuerda la canción de Led Zeppelin, el desbordamiento del Mississippi en 1927 está en la base de un movimiento de personas y culturas que hizo nacer el soul. Los desbordamientos generan cambios irremisibles, algunos de ellos luminosos. En la construcción contradictoria del socialismo democrático se ha llegado a uno de esos temporales en los que los diques estallan. La saturación de la historia. Ya no hay más verdad que la verdad heroica y decapante. Demasiado tiempo poniéndole puertas al mar.

Cuando Odon Elorza narra la campaña de Pedro Sánchez, alude a menudo a la épica. No puedo estar más de acuerdo. La épica nos hará recordar que existimos, con fisonomía propia, en la magnitud de nuestra lucha de cien años, hacia afuera y hacia adentro. Es fácil saber de qué lado está latiendo el corazón ciudadano: no es del lado del posibilismo. La épica, generadora de situaciones conmovedoras, nos aporta un relato vital en estos tiempos oscuros. Y es que sólo te conviertes en quien eres después de haber resuelto una serie de situaciones peligrosas o difíciles. Éste es el viaje iniciático que le toca al PSOE.

Uno siente orgullo en esta epopeya. Hemos aprendido ya que extraños señores mueven los hilos de ésta y otras batallas, pero hay un fondo de verdad, una vibración en torno a una causa aparentemente perdida. Algo que ejerce una poderosa atracción. Una ola de simpatía a la que no puedo resistirme. Nacimos para unirnos y unir, pero habrá que tomar parte, para tomar partido.

De todo hay en este mundo. Hay gente que es de marcharse y gente que es de quedarse quieta, y gentes que son del último que llega… ni unos ni otros merecen mi desprecio. Pero que sepan que también estamos los socialistas recalcitrantes. Hombres y mujeres en tierra de nadie, entregados en descifrar nuestra propia confusión con una historia que valga la pena ser contada.

Doy gracias por psoepluralno haber roto todavía mi carnet de militante. Y gracias también por haber contemplado esa posibilidad y guardarla en la recámara. Saber que algo puede terminar mañana te hace quererlo más: en eso consiste nuestra relación con la vida. Así que ahí vamos, con una penúltima batalla. Y esta será contigo, Pedro. No va a haber dique que contenga este remolino, para desgracia de la corte y cohorte de la infamia.