La clave es barrio: crónica no oficial de la Diada de la Primavera de la Serra d’en Mena

“La ciudad es hoy el espacio de todos los encuentros y, por lo tanto, de todas las posibilidades. Asimismo es el terreno de todas las contradicciones y de todos los peligros”. Carta Europea de Salvaguarda de los Derechos Humanos en la Ciudad.

El rotundo éxito de la 3ª Diada de la Primavera impulsada por el proyecto ICI en la Serra d’en Mena colomense es una gran excusa para experimentar y reflexionar sobre esas posibilidades y contradicciones. 30 actividades en dos días organizadas por 40 agentes comunitarios en colaboración, entre ellos 11 servicios diferentes de la administración municipal, 21 asociaciones ciudadanas, 5 centros educativos o 2 centros de salud. Eso son números, pero números «con recado»: de nuevo nos hemos puesto de acuerdo, y cuando lo hacemos, estallan las cadenas de los estigmas, de los apriorismos, de las rencillas y competiciones. Emerge el barrio como protagonista, y la fiesta como catalizadora, transmisora, integradora de las diferentes visiones del mundo que conviven en un territorio.

Más allá de mostrar la samosa y el pipirana, el encuentro refleja el vigor del proceso comunitario y, más allá aún, si queremos ir, debe observarse el reflejo de un proyecto socio político y ético de sociedad. Alejado de la espuma oratoria y los grilletes orgánicos, de la política frívola de los fardos, del anatemismo y la cooptación de los fieles, un proyecto en el que la comunidad pone en valor el consenso. Todavía no he visto una reunión del grupo motor en la que se plantee la necesidad de votar.

Ningún proyecto impostado laurea un barrio. Son sus múltiples personajes los que regalan fuerza e inocencia, trabajando durante meses para tejer y tejer, construyendo un discurso en positivo, de auténtica interculturalidad. Un trayecto iniciático, transformador, del contacto al colaborador, del colaborador al aliado. Se opera la transmutación de las relaciones, determinadas fibras de la red se hacen más gruesas y resistentes, más perdurables. El bien común pasa, a veces a trompicones, es cierto, por encima del interés particular, gracias a una intensa experiencia vivencial, que parte de la identificación con un proyecto que nos transciende. Un proyecto imposible con los esfuerzos atomizados. La comunidad consigue inyectar nuevos significados en las gruesas palabras. Paz, convivencia, igualdad, solidaridad…. tienen su propio siginificado en el barrio.

“El barrio es un sortilegio” diría Neruda. Gente de frontera, gente del intervalo que representa la consciencia mestiza. En el barrio caben todos los ritmos y todos los idiomas… el mundo, en fin. Lo hacemos entre todos y con nuestras manos. Grandes espacios o pequeños momentos, todos hechos a mano. Todos los barrios tienen su aristocracia, como bien advertía Serrat. Gobernantes ilustres o pusilánimes, miran al barrio mientras este se llena de epopeyas y vodeviles, de catástrofes y de maravillas. Todo se escribe en los folletines, aunque ahora tengan forma de blog colaborativo. El caso es que pasa de mano en mano, como la conversación en la panadería, la biblioteca o el badulaque. Los barrios tienen también sus héroes y heroínas. Hemos conocido a un buen puñado de ellos. Juntan sus manos para hacer una mano mayor, con la que trabajar duro y conquistar una sociedad más justa y más a su medida. Si esa mano se cierra, no lo olviden, se convierte en el mayor de los puños, la fuerza de siglos de lucha.

Mientras los estados, todos, ceden soberanía, emerge de nuevo la importancia de los barrios y la ciudad a la hora de impulsar procesos de construcción y desarrollo sociocomunitario que promuevan la convivencia intercultural. Santa Coloma lo leyó hace tiempo. Ahora toca dar un paso más. Renovar y darle nuevo lustre a las políticas de convivencia, haciendo una apuesta explícita por el trabajo comunitario, que traslade la experiencia exitosa de la Serra d’en Mena a otros distritos de la ciudad. Los resultados están ahí y pueden complementar, si somos inteligentes y sumamos, el extraordinario bagaje colomense en materia de sensibilización y gestión alternativa de conflictos.

Se dan las condiciones para “imaginar formas de acción y subjetividad política”, a través de lo que Benhabib denomina iteraciones democráticas: procesos complejos de argumentación, deliberación e intercambio público a través de los cuales se cuestionan, invocan y revocan reivindicaciones y derechos. Las ciudades son el escenario perfecto para una participación que ponga en juego los consensos que se superponen, los conflictos resolubles y aquellos con los que hay que aprender a gestionar nuevos acuerdos, que nos reinventen. Contribuimos así con pequeños avances en el lento camino hacia la democracia consensual y discursiva planteada por Habermas; reforzamos la democracia participativa, comprometiendo a las diversas culturas, clases y movimientos sociales en nuestro territorio.

Demasiado a menudo nos empeñamos en meter a la gente en los cuadraditos de nuestras encuestas y formularios, en vez de plantear una participación abierta, honesta y transparente. Cuando somos lo suficientemente audaces como para hacerlo, emerge la magia creativa del consenso, la propuesta vence a la protesta, nuevos brotes nos asaltan entre el erial. Contamos con extraordinarios profesionales comprometidos con la comunidad. Debemos seguir hundiendo con ellos las manos en la tierra y removerla. Sólo con olerla, se sabe que la primavera está aquí.Jardi

Gracia

La historia más increíble puede empezar como un relato vulgar. Acechemos pues, y a su debido tiempo arranquémoslo de la tierra húmeda con nuestras propias manos. Giremos la tortilla, resolvamos el acertijo, y veremos crecer nuestra epopeya cotidiana impregnada del incienso que perfuma el ara.

Recatemos momentos al trabajo y al estrés, para alzar una mirada sobre el atardecer. Apreciar al vuelo la belleza de esos instantes captados de soslayo es una de las mayores gracias que nos pueden ser concedidas.

Cada uno sabe de sus propios límites, sí, pero eso no nos da derecho a trasponerlos a aquello que nos depara el horizonte. Ignoramos la belleza, achicamos las visiones pasándolas por el cristal ahumado de nuestros humores. Así, a fuerza de encogerlas, cometemos el peor de los pecados: rompemos en pedazos su recado.

Dedicar un tiempo cada día a no pensar en nada, arrobados en un imperceptible destello, tiene grandes propiedades terapéuticas. Eclosiona el ser, esfinge de principios. Acróstico de vida. Muleta de doble alza. Aire que desmorona todas las ansiedades.

Rebocemos pues a conciencia nuestra lente, y utilicémosla para leer la realidad en su cara más real, la maravilla constante.5ANYS_1

Pedro, la épica y el tiempo de los diques rotos

If it keeps on raining, levee’s going to break

Como nos recuerda la canción de Led Zeppelin, el desbordamiento del Mississippi en 1927 está en la base de un movimiento de personas y culturas que hizo nacer el soul. Los desbordamientos generan cambios irremisibles, algunos de ellos luminosos. En la construcción contradictoria del socialismo democrático se ha llegado a uno de esos temporales en los que los diques estallan. La saturación de la historia. Ya no hay más verdad que la verdad heroica y decapante. Demasiado tiempo poniéndole puertas al mar.

Cuando Odon Elorza narra la campaña de Pedro Sánchez, alude a menudo a la épica. No puedo estar más de acuerdo. La épica nos hará recordar que existimos, con fisonomía propia, en la magnitud de nuestra lucha de cien años, hacia afuera y hacia adentro. Es fácil saber de qué lado está latiendo el corazón ciudadano: no es del lado del posibilismo. La épica, generadora de situaciones conmovedoras, nos aporta un relato vital en estos tiempos oscuros. Y es que sólo te conviertes en quien eres después de haber resuelto una serie de situaciones peligrosas o difíciles. Éste es el viaje iniciático que le toca al PSOE.

Uno siente orgullo en esta epopeya. Hemos aprendido ya que extraños señores mueven los hilos de ésta y otras batallas, pero hay un fondo de verdad, una vibración en torno a una causa aparentemente perdida. Algo que ejerce una poderosa atracción. Una ola de simpatía a la que no puedo resistirme. Nacimos para unirnos y unir, pero habrá que tomar parte, para tomar partido.

De todo hay en este mundo. Hay gente que es de marcharse y gente que es de quedarse quieta, y gentes que son del último que llega… ni unos ni otros merecen mi desprecio. Pero que sepan que también estamos los socialistas recalcitrantes. Hombres y mujeres en tierra de nadie, entregados en descifrar nuestra propia confusión con una historia que valga la pena ser contada.

Doy gracias por psoepluralno haber roto todavía mi carnet de militante. Y gracias también por haber contemplado esa posibilidad y guardarla en la recámara. Saber que algo puede terminar mañana te hace quererlo más: en eso consiste nuestra relación con la vida. Así que ahí vamos, con una penúltima batalla. Y esta será contigo, Pedro. No va a haber dique que contenga este remolino, para desgracia de la corte y cohorte de la infamia.

 

Crónica no oficial del Año Nuevo Chino en Santa Coloma

La celebración del Año Nuevo Chino en Santa Coloma encaja con esos proyectos mutantes que provocan reacciones de transformación en cadena. Es una buena muestra de cómo el trabajo colaborativo se va abriendo camino poco a poco en el ámbito de la convivencia intercultural en la ciudad. La idea no se gestó en una, sino en dos o tres conversaciones aparentemente inconexas, en las que participé hace ahora dos años cruzando los dedos, sin saber en cuál de ellas la propuesta se iría al traste en un ataque de realismo (“no hay recursos”), de realpolitik (“ahora no toca”), o por pura desidia. Paradójicamente, aunque todos los peros podrían haber ganado fácilmente la batalla, esta idea se iba escurriendo, sorteando insospechadamente los obstáculos que otrora impidieron su mera enunciación.

Yo todavía tenía el placer de coordinar un proyecto fantástico llamado Xarxa de Valors, cuando un buen día de 2015 nos encontramos algunos técnicos del Ayuntamiento hablando con la colomense Shufen Chen, uno de esos liderazgos femeninos que eclosionan en la ciudad, promotora del grupo de artistas Huaxing España, y presidenta de la Asociación para la Cultura Popular Xinesa i Catalana. Con esta aliada, fuimos sentando en la mesa a asociaciones de comerciantes, entidades de cultura tradicional catalana y otros colaboradores destacados como el CNL L’Heura. De lo que ha pasado en ese grupo entre bambalinas hasta hoy, a lo largo de estas dos ediciones, sólo me está permitido desvelar que ha habido fallos y errores de bulto, pero que el superávit de buena fe que se irradiaba ha permitido que la celebración haya sido, por segundo año, un éxito rotundo. Ya habrá tiempo de evaluaciones para entrar en pormenores.

Como este año el destino quiso que no me tuviese que preocupar de la marcha de la celebración, pues ya contaba con un nutrido grupo de técnicos del servicio municipal de convivencia, pude enristrarme mi cámara y me dediqué a mirar la fiesta con una cierta distancia. Entre curiosos, paisanos y aficionados diría que han sido miles los ciudadanos que se han acercado a esta celebración popular, otra vez. Pero más allá de las valoraciones cuantitativas, creo que la gran virtud del Año Nuevo Chino colomense es que definitivamente ha venido para quedarse. Porque lo contrario sería contra natura. Ya he explicado en alguna otra ocasión la necesidad de tener un ciclo festivo realmente diverso, y el de hoy consolida una ruta que comienza hace dos años y se proyecta sin duda hacia el futuro. No sé si alguna mente brillante lo diseñó, pero ha quedado un reparto metropolitano de las celebraciones vinculadas con la comunidad de origen chino sumamente interesante: Barcelona se ha quedado, como no podía ser de otra manera, con los grandes eventos del inicio del Año Nuevo Chino; Santa Coloma, como hemos podido comprobar, se ha especializado en la celebración que sucede en la primera luna llena del año nuevo, la Fiesta de los Faroles; Badalona, a su vez, podría apostar por la fiesta del Bote del Dragón, con vistosas demostraciones de embarcaciones.

No menor ha sido la ocasión que se me ha brindado de reencontrarme con colaboradores de lujo como Gaëlle Patin, de Casa Asia, o la admirada Begoña Ruíz de Infante, sinóloga y maestra en estas lides, seguramente buen exponente de esa manía tan colomense de centrifugar el talento.

Por lo demás, he visto cosas muy interesantes, fruto de la implementación de un proyecto con vocación comunitaria, que se enmarca en una serie de transformaciones de la cultura de organización, que se están llevando a cabo en Santa Coloma, especialmente en la Serra d’en Mena, desde hace dos años:  cómo crecen los colaboradores hasta alcanzar verdadera altura de miras, cómo se diluyen los prejuicios, cómo el grupo tira por propia inercia de los más cautelosos, cómo el buen profesional se vuelve estratega, cómo una causa acaba siendo común, cómo el dinero deja de ser un problema cuando no se tiene, etc. Y se apuntan en mi cuaderno de campo una serie de misterios a desvelar, lo que hace todavía más sugerente la posibilidad de repetir.

 

Cristales de tiempo

Dicen los físicos que puede existir una cosa llamada cristales de tiempo. Esta rareza matemática al parecer está a un pasito de demostrarse, lo cual según cuentan se pasaría por el forro la segunda ley de la termodinámica, además de la simetría fundamental de las leyes de la física. Desde la ignorancia, mola mucho que la ciencia penetre en esos terrenos poéticos, mágicos, casi transgresores de nuestra pobre racionalidad, como el fascinante entrelazamiento cuántico. Como decía Neruda “no sólo a los poetas interesan los enigmas. Venimos y nos vamos dentro del misterio fundamental. La ciencia y las religiones se codean en la sombra echándose a los ojos la belleza, la probabilidad, los mitos lejanos y la verdad aproximativa”.

Si has visto nacer a tus hijos sabes que hay momentos que realmente pueden cristalizarse, diga lo que diga y llegue a donde llegue la física y sus experimentos. Los podemos resguardar en una cajita para saborearlos poco a poco, en un rincón privado, bajo llaves ocultas y recónditas.  Da gusto revolcarse en ellos y saborear de tanto en tanto su misterio y su fragancia, atrapada quizá en las fibras del papel, entre los hilos de una bufanda, en la caracola que engulló un mar… Entramos en ellos desde el cielo y sobrevolamos su geometría, larva de futuro, cometa, espuma de un océano congelado.

Momentos en los que podrías oír cómo crujen los engranajes del mundo. Instantes que zarandean la virtud y el ánimo, en los que se desplazan los tabiques de nuestro laberinto. Ímpetus de batalla. Misterio poderoso.

Es el tiempo cero. Detenido como hizo el Vesubio en Pompeya y Herculano. Colapso de sistemas y punto de inflexión. Todo parece esperar en un acecho inmemorial, lleno de fecundación y sortilegio, que arrasa con los laboratorios. El nacimiento de la ocasión, el punto en el que el ciclo deviene espiral ascendente. Momentos que fecundan los mitos, que impregnan de incienso el atardecer en las basílicas. Momentos secretos, pues la revelación a veces mata a lo revelado.

Algunos hemos aprendido a sentir fascinación por aquello que se escapa del guion, mientras el mundo se empeña en reducir posibilidades. Eso nos otorga la gracia de coleccionar unos cuantos cristales de tiempo, que adornan nuestro camino como la guarida de Superman. Sabemos también que nunca se encuentra un tesoro siguiendo el mejor de los planes; los tesoros símplemente aparecen. El daguerrotipo de turno, sea con la tecnología que sea, jamás aprehenderá tanta magia.

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A mi maestro

“El camino es fatal como la flecha, pero en las grietas está Dios, que acecha”. Así hablaba Borges del I Ching, el milenario libro de las mutaciones chino, poso de sabiduría tradicional en estado puro. Para algunos, la vida es lo que nos pasa escudriñando ese Dios inusitado y acechante. Por eso el maestro tiene mil caras, es una epifanía intermitente que manda mensajes en una botella. Hoy es un niño que dispara a quemarropa una mirada de incomprensión; ayer un silencio vibrante que nos recordó, como dice Pessoa, que puede haber más amor viendo pasar el río lentamente que en los besos y las caricias. Y ahí vamos, con torpeza y cazamariposas, dando tumbos y trastabillando, pero con los ojos bien abiertos, tratando de cazar al vuelo sus enseñanzas.

Con un poco de suerte tendremos la gracia de reconocerle, de corporeizarlo en grandes hombres y mujeres que se cruzan insospechadamente en nuestro camino. Ángeles, mensajeros, benditos accidentes  contra toda lógica. Compañeros de viaje, de etapa, de minutos o de toda una vida. Peregrinos… Miradas de miel o de mar profundo, portadoras de profecías, consejos, reprimendas. A veces extensas como para deleitarnos, a veces sutiles como un gesto. Calentitas como el sol en una mañana de invierno, o tremendas como la vida.

No me considero mal aprendiz, aunque creo que tengo el extraño don de sacar de quicio a mi maestro. Como padawan puedo resultar pendenciero y tozudo…  Por mucho que me esfuerce en corresponder su gracia, es difícil estar a la altura de gente tan grande, y de detalles tan pequeños. Me afano en recopilar su recado. Hasta ahí puedo leer…

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Las cosas son así… o no…

Me revientan particularmente los ataques de realismo condescendiente. Soy persona de frontera, de frontera socioeconómica y física, entre el extrarradio y las centralidades, entre la clase media y la media de la clase. Los de mi especie integramos el conflicto de una manera particular. La frontera es un territorio fértil, pero allí se generan roces y escozores, temores a lo que hay más allá, recelos del otro lado. A veces es una bisagra, a veces un campo de minas. Quizá esto me ha hecho pendenciero, o fue aquél maestro que me susurró un día que la libertad no te la dan las leyes…

Resulta patético, pues, cuando se utiliza como argumento de autoridad la maldita frase: “lo siento, las cosas son así”. Vale para casi todo, oiga. Hábilmente, con su “lo siento”, quien enuncia este mantra-refugio se sitúa fuera de la infalibilidad de lo que pasa, que supuestamente no comparte, pero que te ilustra para tu mayor protección.  Y así los brotes de conciencia deshilachados por el roce, que a duras penas aguantarían el trajín de nuevas inquietudes, se envejecen prematuramente por el betún posibilista.

Es recurrente la imagen de la sabiduría tradicional, en que el maestro se sitúa progresivamente más cerca del Centro, del eje de la rueda, de la región más inmóvil alrededor de la cual todo sucede. Es conocida la afición de la tradición china a mostrarse escéptica respecto a la eficacia atribuida a la acción. Y no hace falta esforzarse mucho para ver que no les ha ido mal del todo. Sin embargo, del Bhagavad Gita hindú aprendimos que mientras el guerrero no olvide que el enemigo es él mismo, puede combatir con energía las guerras que elija, a condición de no alterar su paz interior.

Así que podemos quedarnos secuestrados por la estética, bloqueados, náufragos en el primado de la mediocridad; o pasar de la espera al acecho, convertirnos en dispensadores clandestinos de ideas, cultivadores de verticalidad, esforzados de la vocación patológica del genio… Yo lo tengo claro. Soy amante de kairós, de la ocasión situada en el infinitesimal momento entre el aun no y el ya no. Los viajes interiores requieren también de cierta audacia, que no puede ser reemplazada por retóricas. Te pierdes la mitad de la fiesta si te dejas llevar por la avaricia roñica de la zona de confort. La cartografía de nuestra transformación se dibuja corriendo riesgos. Así alimentamos la magia.

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La ocasión la pintan calva…

 

PSOE: ejecuten la orden 66

Nadie nos va a engañar, que no se lo crean ni por un momento. Aquí, quien más y quien menos hace ya tiempo que se afeita. Sabemos que es mucho más lo que nos une como socialistas que lo que nos puede separar cualquier cuita. Es cierto que el PSOE vive uno de sus momentos más vergonzantes de las últimas décadas, y no se puede decir que la dirección actual no tenga sus propias responsabilidades, así como aquellos que han torpedeado su acción, máxime cuando respondía nítidamente al mandato del Comité Federal. No quisiera resultar hipócritamente equidistante. Aclaro que considero una desvergüenza la dimisión en bloque la mitad de la ejecutiva federal, sobretodo porque está motivada por el miedo. Un miedo doble.

El miedo a perder unas primarias. Si bien el electorado socialista podría ser más comprensivo de lo que pensamos con respecto a una posible abstención que facilitara la gobernabilidad del país, la militancia es bastante hegemónica en un posicionamiento totalmente contrario a tal posibilidad. Y no será porque nos lo pongan fácil los medios, que día sí, día también, dicen de lo mal que estamos y lo irresponsables que somos. El caso es que aquí todos, propios y extraños, nos hemos olido que la audacia de Pedro Sánchez podría tener premio. Si llega a convocar unas primarias es muy probable que gane, y no por poco…

El miedo a un gobierno alternativo. Aquí no juegan –sólo- fuerzas internas. Maniobran todo tipo de intereses. Hay unas esferas del poder en las que chirría la posibilidad de un gobierno de izquierdas, sustentado en los votos de Podemos, aunque contara con una –más que difícil- abstención de Ciudadanos. Sólo una parte, es cierto, de lo que llamamos “poderes fácticos”, pero una parte que ha resultado notablemente activa, y que cuenta con voceros interesantes entre medios de comunicación y notables quintocolumnistas del PSOE. Se frotan las patitas los que hace tiempo que tienen en agenda finiquitar el partido.

Todo esto se adereza con retóricas diversas. Que si no se puede pactar con los que cuestionan la uorden66nidad de España, que si los mercados no aceptarían de buen grado la configuración de un gobierno alternativo, que si todo responde al interés de Pedro Sánchez por salvar sus posaderas… En fin, un cúmulo de cortinas de humo que han preparado la retórica golpista hasta que han ejecutado la “orden 66”. Muy significativo que los que se han alzado contra un secretario general que tiene como pecado querer que la militancia hable, utilizan un hashtag curioso #PorUnPSOELibre. Manda narices. En fin, que a “Bronce” sólo le queda batirse el cobre el sábado, si es que llega, y medir sus fuerzas. En el resto, qué decir, pues que sigue faltando finezza y sobra gazpacho y navajeo.

La Festa de tots (i el pregó d’uns quants)

Els que hem tingut el plaer de treballar com a gestors culturals i hem suat per programar un esdeveniment ciutadà com és la festa major, tenim clara la importància que suposa per a una ciutat aquest punt culminant del cicle festiu. El més difícil és, sense dubte, fer una programació suficientment eclèctica com per deixar content a tothom.

I es que la festa és de tothom, la ritualització última de la unitat, generadora d’un egregor ciutadà en el què, per un moment, s’oblida “que cada uno es cada cual”, Serrat dixit. Celebrem per exorcitzar els nostres dimonis, per canalitzar la violència, per oblidar-nos per uns instants de la nostra condició. Celebrem junts també com un recordatori de que un dia ens podem posar tots d’acord per fer alguna cosa, al temps vàlvula de descompressió i assaig de revolució. La dansa d’Eros i Tànatos, amb Hedoné de mestressa de cerimònies.

Ara, en aquests temps estranys de crisis, desigualtats i tensions identitàries, algú ha tingut la brillant idea de trencar l’eficàcia unificadora del ritual festiu amb una representació patètica de la divisió a la nostra societat. Un pregó alternatiu no és res més que un símbol, és cert, però tampoc gens menys que això. La força significació dels símbols comuns és cabdal per a l’harmonia i la cohesió. La festa és del poc que ens queda. Menystenir-la té les seves conseqüències.

S’ha creuat una frontera que costarà fer enrere. Els partidaris de la divisió –d’un costat o d’un altre, tant és- estaran contents, però s’han passat de frenada novament. Mentre alguns lluitem per cicles festius més inclusius i plurals, d’altres aposten per desfer ponts i ritualitzar, també, l’escletxa nacional. Divideix i guanyaràs? Segur?pregoalternatiu